viernes, 29 de junio de 2018

DE LA FELONÍA (y otras alegrías y tristezas)




Taurina y antitaurina. Y tomo el término felón en su acepción de lo feo. Me ha parecido muy feo eso del alcalde de Pamplona de mantener los encierros de las 6 de la mañana de Dios y las ocho del Gobierno y suprimir las corridas de la tarde, una chiquillada o jaimitada, un follón, quinta acepción de la R.A.E., pero con mucho ruido. Eso es lo que quiere el edil con chaqué y chistera. Algo parecido a lo que ocurre con los de “la manada” cuando acuden a la comisaría sevillana. El público quiere ver a los sentenciados. Antes se amontonaban en la plaza de su ciudad para presenciar el buen afilado de la guillotina. Y “las manadas” se multiplican. Y las tontadas se hacen “virales”, algo que tiene algo que ver con los virus. El virus sostenible o los chicos y las chicas para no emplear el simple genérico. Dejo al margen lo del alcalde de Pamplona y me encuentro con las declaraciones de la marquesa de Seoane, viuda y madre de Prieto de la Cal, ganadería de San Juan del Puerto, Huelva, procedencia del Duque de Veragua y casta vazqueña, toros canos como la amplia cabellera de la señora marquesa doña Mercedes, que en unas declaraciones en “El Mundo” dijo lo siguiente: “Los toreros de hoy son figuras, pero de mazapán y de pitimini”. Y suspiró como musitando “ahí queda eso”. ¿Cambiaría su opinión si los toreros pidieran lidiar los bellos toros de su hijo?
Y cambiamos de personaje aunque no de argumento. Se trata de Ignacio Ruiz-Quintano, columnista de la contraportada de ABC. Le admiro por su prodigiosa memoria o, en su caso, por su magnífica documentación. Se sabe y cuenta todo lo que han  dicho los sabios que en el mundo han sido y son. ABC es mi periódico de cabecera porque, a nivel nacional, es el que más información taurina me aporta. Quiero entrañablemente a Amorós por él mismo y por su padre, el notario con el que firmé la escritura de mi vivienda de la Ciudad de los Periodistas de Madrid. Además, en ABC suelen reproducir a menudo viejas portadas dedicadas a la fiesta de los toros, actuaciones de Mazzantini, “Machaquito” o Pastor, éxitos, cogidas o cualquier otro acontecimiento relacionando con los toros. Un día de finales del mes de junio de este año de 2018, Ruiz-Quintano firmó una columna que en el penúltimo párrafo decía esto: “Con esto quiero decir que Messi, “futbolista de mazapán, capullito de alhelí y rosa de pitiminí”, COMO LAS ACTUALES FIGURAS DEL TOREO, no es digno (de momento) ni de desatarle a Maradona la correo de su sandalia”. Al día siguiente casi se muere Maradona. Y Ruiz-Quintano creo que dice que es madridista y aficionado a los toros. Dios nos libre de los “fans” y aficionados acérrimos.
Desde Zaragoza, si me olvido del arriendo de su impar plaza de toros, siglo XVIII, portada neo-mudéjar, primera plaza cubierta de España y con Goya en sus tendidos, tengo una buena noticia. Hace unos días, por esta manía mía de leer la prensa diaria, en el suplemento de “Artes y Letras” de “Heraldo de Aragón”, José Luis Melero firmaba un artículo que titulaba “Fiestas en las Cinco Villas”, unas en Tauste y otras en Ejea de los Caballeros. Las de esta villa, las de Ejea se referían a las que se celebraron a finales de agosto y principios de septiembre de 1789 con motivo de la coronación de Carlos IV. Reparto de refrescos y frutos secos, tras arcos con escudos de armas reales, fuegos, mojigangas, contradanza y corridas de novillos y toro de ronda embolado. Todo esto lo conté desde el ruedo de la plaza de toros de Ejea el domingo 24 de junio de este año para aclararles a los ejeanos que su afición taurina no es nueva y que, además, en ese siglo XVIII era tierra de toros tan importante como la andaluza. Un detalle: para la corrida de la citada coronación de Carlos IV, en Madrid, en su plaza Mayor, Pedro Romero, “Costillares” y “Pepe-Hillo” lidiaron toros de la ganadería cincovillesa de Francisco Bentura. Albarda sobre albarda. La empresa que lleva la explotación de la plaza ejeana, Jesús Mena y Julio Fontecha, me concedieron el privilegio de presentar los carteles de la Feria que se celebrará a principios del próximo mes de septiembre en honor de la Virgen de la Oliva, dos corridas de toros, una de rejones, concurso de recortadores con anillas, roscaderos o cuévanos y vaquillas, del 2 al 8 de ese mes de septiembre. En la primera corrida, toros de Alcurrucén para Alberto Álvarez,  López Simón y Álvaro Montes; en la segunda, toros de Antonio Bañuelos para “El Fandi”, Sebastián Castella y Cayetano y en la de rejones, toros de la ganadería francesa de Gallón, procedencia de Juan Pedro Domecq para Andy Cartagena, Diego Ventura y Sergio Domíngez. Cartel de indudable interés, con cuatro toreros de a pie recientes triunfadores en Las Ventas del Espíritu Santo, López Simón, Álvaro Montes, Castella y Cayetano, un torero de la tierra y el siempre a tope y poderoso David Fandila “El Fandi”. Y a caballo, el primer caballero que ha cortado un rabo en Madrid, Diego Ventura, y dos prestigiosos artistas del rejoneo. Para los zaragozanos, los de la capital y la provincia, un rayo de esperanza y alegría mientras llega la solución del arrendamiento de la plaza de Ramón Pignatelli, en la que, al parecer, políticos y taurinos se han confabulado para tener cerrado el coso con más solera, comodidad y belleza de España. Allá por 1946 hubo un gran problema y se llegó a la Feria del Pilar sin empresario que la organizara. Se acudió a la persona de Marcial Lalanda y montó un serial de media docena de festejos, en cuatro de ellos con la participación de Pepe Luis (¿hace falta apellidos?), otros tantos para Luis Miguel, dos tarde don Antonio, otras tantas el argentino, chileno, mexicano o español Rovira y una Rafael Llorente, de Barajas y doctorado por “Manolete” en Barcelona. Ese año el de Córdoba no hizo el paseíllo en España nada más que en la corrida de Beneficencia de Madrid.
También fue complicada la gestión del coso de don Ramón Pignatelli en 1981, tras el paso de José Antonio Martínez Uranga, “Chopera junior” por aquellas calendas, tercera acepción de la R. A. E. , nuevo pliego de arriendo y ningún aspirante. En este caso la solución para desfacer el entuerto fueron los hermanos Lozano, Pablo, Eduardo y José Luis, que eran los apoderados de Sebastián Palomo Linares, que figuró en tres de las cuatro corridas programadas para la Feria del Pilar, una novillada y una de rejones con colleras. ¿Qué pasará este año? Lo tremendo es pensar que la Feria del año pasado, la de 2017, fue una gran Feria en todos los sentidos y que si se echa todo por la borda es muy complicado recuperarse. Los antis puede que estén en pleno regocijo.                

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