Taurina y
antitaurina. Y tomo el término felón en su acepción de lo feo. Me ha parecido
muy feo eso del alcalde de Pamplona de mantener los encierros de las 6 de la
mañana de Dios y las ocho del Gobierno y suprimir las corridas de la tarde, una
chiquillada o jaimitada, un follón, quinta acepción de la R.A.E., pero con
mucho ruido. Eso es lo que quiere el edil con chaqué y chistera. Algo parecido
a lo que ocurre con los de “la manada” cuando acuden a la comisaría sevillana.
El público quiere ver a los sentenciados. Antes se amontonaban en la plaza de
su ciudad para presenciar el buen afilado de la guillotina. Y “las manadas” se
multiplican. Y las tontadas se hacen “virales”, algo que tiene algo que ver con
los virus. El virus sostenible o los chicos y las chicas para no emplear el
simple genérico. Dejo al margen lo del alcalde de Pamplona y me encuentro con
las declaraciones de la marquesa de Seoane, viuda y madre de Prieto de la Cal,
ganadería de San Juan del Puerto, Huelva, procedencia del Duque de Veragua y
casta vazqueña, toros canos como la amplia cabellera de la señora marquesa doña
Mercedes, que en unas declaraciones en “El Mundo” dijo lo siguiente: “Los
toreros de hoy son figuras, pero de mazapán y de pitimini”. Y suspiró como
musitando “ahí queda eso”. ¿Cambiaría su opinión si los toreros pidieran lidiar
los bellos toros de su hijo?
Y cambiamos
de personaje aunque no de argumento. Se trata de Ignacio Ruiz-Quintano,
columnista de la contraportada de ABC. Le admiro por su prodigiosa memoria o,
en su caso, por su magnífica documentación. Se sabe y cuenta todo lo que han dicho los sabios que en el mundo han sido y
son. ABC es mi periódico de cabecera porque, a nivel nacional, es el que más
información taurina me aporta. Quiero entrañablemente a Amorós por él mismo y
por su padre, el notario con el que firmé la escritura de mi vivienda de la
Ciudad de los Periodistas de Madrid. Además, en ABC suelen reproducir a menudo
viejas portadas dedicadas a la fiesta de los toros, actuaciones de Mazzantini, “Machaquito”
o Pastor, éxitos, cogidas o cualquier otro acontecimiento relacionando con los
toros. Un día de finales del mes de junio de este año de 2018, Ruiz-Quintano
firmó una columna que en el penúltimo párrafo decía esto: “Con esto quiero
decir que Messi, “futbolista de mazapán, capullito de alhelí y rosa de
pitiminí”, COMO LAS ACTUALES FIGURAS DEL TOREO, no es digno (de momento) ni de
desatarle a Maradona la correo de su sandalia”. Al día siguiente casi se muere
Maradona. Y Ruiz-Quintano creo que dice que es madridista y aficionado a los
toros. Dios nos libre de los “fans” y aficionados acérrimos.
Desde
Zaragoza, si me olvido del arriendo de su impar plaza de toros, siglo XVIII,
portada neo-mudéjar, primera plaza cubierta de España y con Goya en sus
tendidos, tengo una buena noticia. Hace unos días, por esta manía mía de leer
la prensa diaria, en el suplemento de “Artes y Letras” de “Heraldo de Aragón”,
José Luis Melero firmaba un artículo que titulaba “Fiestas en las Cinco
Villas”, unas en Tauste y otras en Ejea de los Caballeros. Las de esta villa,
las de Ejea se referían a las que se celebraron a finales de agosto y
principios de septiembre de 1789 con motivo de la coronación de Carlos IV.
Reparto de refrescos y frutos secos, tras arcos con escudos de armas reales,
fuegos, mojigangas, contradanza y corridas de novillos y toro de ronda embolado.
Todo esto lo conté desde el ruedo de la plaza de toros de Ejea el domingo 24 de
junio de este año para aclararles a los ejeanos que su afición taurina no es
nueva y que, además, en ese siglo XVIII era tierra de toros tan importante como
la andaluza. Un detalle: para la corrida de la citada coronación de Carlos IV,
en Madrid, en su plaza Mayor, Pedro Romero, “Costillares” y “Pepe-Hillo”
lidiaron toros de la ganadería cincovillesa de Francisco Bentura. Albarda sobre
albarda. La empresa que lleva la explotación de la plaza ejeana, Jesús Mena y
Julio Fontecha, me concedieron el privilegio de presentar los carteles de la
Feria que se celebrará a principios del próximo mes de septiembre en honor de
la Virgen de la Oliva, dos corridas de toros, una de rejones, concurso de
recortadores con anillas, roscaderos o cuévanos y vaquillas, del 2 al 8 de ese
mes de septiembre. En la primera corrida, toros de Alcurrucén para Alberto
Álvarez, López Simón y Álvaro Montes; en
la segunda, toros de Antonio Bañuelos para “El Fandi”, Sebastián Castella y
Cayetano y en la de rejones, toros de la ganadería francesa de Gallón,
procedencia de Juan Pedro Domecq para Andy Cartagena, Diego Ventura y Sergio
Domíngez. Cartel de indudable interés, con cuatro toreros de a pie recientes
triunfadores en Las Ventas del Espíritu Santo, López Simón, Álvaro Montes,
Castella y Cayetano, un torero de la tierra y el siempre a tope y poderoso
David Fandila “El Fandi”. Y a caballo, el primer caballero que ha cortado un
rabo en Madrid, Diego Ventura, y dos prestigiosos artistas del rejoneo. Para
los zaragozanos, los de la capital y la provincia, un rayo de esperanza y
alegría mientras llega la solución del arrendamiento de la plaza de Ramón
Pignatelli, en la que, al parecer, políticos y taurinos se han confabulado para
tener cerrado el coso con más solera, comodidad y belleza de España. Allá por
1946 hubo un gran problema y se llegó a la Feria del Pilar sin empresario que
la organizara. Se acudió a la persona de Marcial Lalanda y montó un serial de
media docena de festejos, en cuatro de ellos con la participación de Pepe Luis
(¿hace falta apellidos?), otros tantos para Luis Miguel, dos tarde don Antonio,
otras tantas el argentino, chileno, mexicano o español Rovira y una Rafael
Llorente, de Barajas y doctorado por “Manolete” en Barcelona. Ese año el de
Córdoba no hizo el paseíllo en España nada más que en la corrida de
Beneficencia de Madrid.
También fue
complicada la gestión del coso de don Ramón Pignatelli en 1981, tras el paso de
José Antonio Martínez Uranga, “Chopera junior” por aquellas calendas, tercera
acepción de la R. A. E. , nuevo pliego de arriendo y ningún aspirante. En este
caso la solución para desfacer el entuerto fueron los hermanos Lozano, Pablo,
Eduardo y José Luis, que eran los apoderados de Sebastián Palomo Linares, que
figuró en tres de las cuatro corridas programadas para la Feria del Pilar, una
novillada y una de rejones con colleras. ¿Qué pasará este año? Lo tremendo es
pensar que la Feria del año pasado, la de 2017, fue una gran Feria en todos los
sentidos y que si se echa todo por la borda es muy complicado recuperarse. Los
antis puede que estén en pleno regocijo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario