La cosa
estaba muy complicada: la burocracia
y los egoísmos estuvieron a punto de
celebrar con los anti-taurinos el centenario de la “gripe española” que dejó
sin festejos a la plaza que construyó don Ramón Pignatelli y que ese año de
1918 iba a verse embellecida y aumentada de capacidad por el arquitecto Miguel
Ángel Navarro y por la fuerza popular del enfrentamiento novilleril entre
Herrerín y Ballesteros, que no pudieron conocer el coso remozado puesto que
Herrerín murió en una novillada en San Roque, Cádiz, y Ballesteros en una
corrida en Madrid, al año siguiente de tomar la alternativa en la capital de
España. Hoy la tragedia se convertía en farsa burlesca y los animalistas se
relamían de gusto a las puertas y verjas de la plaza cerradas con cerrojos y
candados. Se solucionó el tema con la lógica solución judicial de permitir a
los empresarios designados llevar a cabo su función de tales empresarios. Unos
empresarios que pensarían que, dada la premura del acontecimiento, la
dificultad innata de feria de final de temporada y que las cornadas donde más
duelen es en la cartera (Domingo Dominguín, padre) hubieran procurado organizar
una alambicada feria a la antigua usanza, con tres o cuatro festejos y la crema
de la torería andante. Algo de altruismo y añejo romanticismo habrá que
adjudicarles a los señores Mena, Fontecha y su avalador Zúñiga puesto que han
montado un abono de temporada con una docena de festejos (8 corridas de toros,
1 de rejones y 3 novilladas) en dos semanas, las que van del 29 de septiembre
al 14 de octubre. Los dos festejos septembrinos y sanmigueleros, novillada y
corrida-concurso de ganaderías, dos últimos días de este mes; la Feria del
Pilar, del 5 de octubre a ese 14 final.
En la
primera novillada se lidiaran reses de Aurelio Hernando, de Colmenar Viejo, la
tierra de los toros de Martínez, predilectos de José Gómez “Gallito”, de Luis
Fernández Salcedo, el mejor y más pródigo panegirista del toro bravo, “Los
Cuentos del Viejo Mayoral”, de los hermanos Bollaín, Adolfo, “Litri, no; Aparicio,
si”, y el más belmontista de los belmontistas que en el Mundo han sido, Luis,
notario en Sevilla y Aleas, ganadero famoso y secretario de la Unión Nacional
de Ganaderos de Reses Bravas. Y Agapito García “Serranito”, matador de toros en
los años 60 del siglo pasado. El ganadero Hernando está por los toros
veragüeños en su finca de Colmenar y
Sota del Real y se dan con asiduidad animales jaboneros, entrepelados o
berrendos. A la de Veragua le añadió sangre de Juan Pedro Domecq, que todo el
mundo sabe que tiene por hierro la V cornada del Sr. Duque de Veragua. A esos
novillos de tan distinguida alcurnia se enfrentarán Miguel Cuartero, aragonés
de Zaragoza, una década en el escalafón de novilleros con picadores, el
madrileño Rafael González y el salmantino David Salvador, de La Fuente de San
Esteban, paisano de Paco Pallarés. Puede, no estoy seguro, que esta novillada
picada sea la primera que se celebra este año en territorio aragonés. Una pena.
La corrida del día 30 de septiembre es la del concurso de ganaderías, con los
siguientes hierros: el de Manuela Agustina López Flores, de la casta jijona,
madre del también ganadero Samuel Flores; Prieto de la Cal, más de Veragua;
Benítez Cubero, de Marchena, Sevilla, Vistahermosa del cura Hidalgo; Peñajara,
de Baltasar Ibán, que acaba lidiar una brava corrida en Arlés; San Martín, de
los santacolomas del mexicano José Chafick y el de Pedraja de Yeltes, Villar de
Salustiano Galache y Caridad Cobaleda. Variedad de encastes, plaza pintada como
una pista de baloncesto y tres toreros que suenan por sus virtudes y por su
entrega de cada día: Octavio Chacón y los sevillanos Manuel Escribano y Pepe
Moral.
El día 5 de
octubre empieza el Pilar con otro novillada, esta de Los Maños, los nacidos de
los santacolomas de Mayoral y ganada su antigüedad en Madrid hace unos días.
Los lidiaran en festejo internacional el portugués Joao Silva “Juanito”, el
francés Adrián Salenc, de Nimes, y el español Alejandro Mora, sobrino de Juan
Mora y nieto de “Mirabeleño”, torero de los 50 del siglo pasado, ganadero y
empresario. Y la tercera novillada tendrá lugar el 9 de octubre, dentro del
ciclo pilarista, con novillos de El Parralejo, divisa puesta de moda en San
Sebastián y Bilbao y origen de Jandilla
y Fuente Ymbro, con el madrileño Pablo Mora, triunfador de las nocturnas de Las
Ventas, el madrileño Francisco Manuel, hijo del venezolano Manuel Fuentes,
matador de toros y subalterno que se quedó a vivir en España hace cuarenta
años, que ha ganado estos días los galardones al triunfador en Villaseca de la
Sagra y Arganda del Rey, y el salmantino Manuel Francisco Sánchez, que se
anuncia en los carteles como Francisco Diosleguarde, que es como se conocía en
otros tiempos su pueblo natal de la diócesis de Ciudad Rodrigo, Dios le Guarde.
Luego está la corrida de rejones del día 7 de octubre, en la que es de notar la
ausencia de Pablo Hermoso de Mendoza y la presencia de Diego Ventura, el primer
rejoneador que corta un rabo en Madrid, y al que acompañan el portugués Rui
Fernandes y el alicantino Andy Cartagena. Los toros, de los Herederos de Ángel
Sánchez y Sánchez, sucesores de los Coquilla y los Sepúlveda de Sánchez Fabrés,
de Salamanca.
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