La primera
corrida de toros de esta Feria del Pilar de 2018 es el día 6 de octubre y con
toros de Montalvo. María Montalvo de Pérez Tabernero, don Antonio, ganadería
que pasó a manos de su hijo Juan Mari y
luego a su nieto Juan Ignacio, actual propietario que ha luchado lo indecible
para recuperar la buena fama de sus antecesores y con cruces con reses de Juan
Pedro Domecq, Zalduendo y Daniel Ruiz ha conseguido entrar en el gran mercado
del toro bravo. Y esta corrida servirá para el adiós del francés Juan Bautista
aunque anuncie que al año que viene actuará en la corrida goyesca de Arlés.
Zaragoza es plaza propicia para las despedidas y lo fue principalmente de los
dos primeros Califas del toreo, de Rafael Molina “Lagartijo” en una de sus
cinco corridas en solitario (Madrid, Valencia, Zaragoza, Barcelona y Bilbao) y
la de Rafael Guerra “Guerrita”, al final del siglo XIX cuando sentenció “No me
voy, me echan”. Eran otros tiempos. A Bautista le acompañan en el cartel el
extremeño José Garrido y el toledano Álvaro Lorenzo, que en Ejea de los
Caballeros ha reconfortado mi rincón del alma donde guardo mi incensario
artístico. Pepe Luis, don Antonio, Curro, Rafael o el de la Puebla. Muchos más,
pero no quiero alargarme. Y que conste que desde otros lugares me han llegado
rumores de que Lorenzo puede ser “el mesías del pellizco”. ¡Ojalá así sea!
El día 8 de
octubre, toros de El Pilar, Alicio Cobaleda a su hija Eusebia, esposa de García
Fonseca, a su hijo José Luis García Cobaleda y venta a Moises y Pilar Fraile
que añadieron vacas y sementales de Matías Bernardos, más conocido por “El
Raboso”. Y con estos toros, tres aragoneses: Ricardo Torres, Alberto Álvarez e
Imanol Sánchez. Puede que las dificultades de su encaje en los diversos
carteles haya propiciado este ensayo de los empresarios a la espera del favor
de sus paisanos. Así sea.
El día 10 de
octubre, toros de los hermanos García Jiménez y su madre, Olga Jiménez, los
Matilla de este mundillo torero, procedencia de Jandilla, para David Fandila
“El Fandi”, todo terreno, López Simón y otro artista ya confirmado a nivel
nacional, Ginés Marín. El día 11, toros de Adolfo Martín, del mismo origen que
los de Victorino, Escudero Calvo, los saltillos de Albaserrada, para el
depurado Antonio Ferrera, Miguel Ángel Perera y Jiménez Fortes, hijo de la
torera malagueña del mismo apellido y con una probada valentía y acreditada
mejora técnica. De casta le viene al galgo.
Antes, hasta
los años 50 del siglo pasado, no había corrida el día 12, el de la Virgen del
Pilar. Se dedicaba a la celebración religiosa y familiar. Hoy “hay gente pa´
to” Y desde luego el cartel de este día lo merece. La conjunción de dos
excelentes ganaderos del pasado, Lisardo Sánchez, de Botoa, y Atanasio
Fernández, Salamanca (favorito de don Antonio Ordóñez, con cuyos productos creó
su ganadería). Son los toros de Puerto de San Lorenzo. A estos toros enfrentarán, es un decir, el
toro no es el enemigo del torero, Enrique Ponce, que tiene bien probada su
maestría y su pervivencia en la cumbre, único caso en la Historia del Toreo,
Diego Urdiales, bendecido por el pontífice de Camas, y la repetición de Miguel
Ángel Perera, el único diestro que repite actuación en esta Feria.
El día 13,
Julián López “El Juli” en su decimocuarto paseíllo en solitario, segundo en la
plaza de Zaragoza. El anterior fue el 11 de octubre de 2003 y como en casi todas sus tardes como único
matador lidió seis toros de distintas ganaderías y cortó cuatro orejas, dos en
un toro y salió a hombros. En esta ocasión repite sólo con la divisa de Parladé,
suma un toro de Nuñez del Cuvillo, otro de Puerto de San Lorenzo, uno de sus
favoritos de Garcigrande y dos novedades, Alcurrucén, en una gran temporada, y,
sobre todo, un toro de Los Maños, el de los santacolomas de Mayoral, prueba
importante para los ganaderos de Luesia porque importante es que un torero de
la alcurnia de Julián mida sus fuerzas con un producto de su casa. Y que el
toro dé el trapío que a muchos de su casta les falta. En aquellos tiempos, en
esos en los que sueño grandezas de las ganaderías aragonesas, a nuestros toros
les ponían esas pegas de tener poco
presencia, finos de cabos, enjutos pero revoltosos y picantes. Eso se dice de
los de Santa Coloma, a los que entendía a las mil maravillas un torero de
época, Paco Camino. Torero con el capote, torero con la muleta y uno de los
mejores con la espada. ¿El otro? Rafael Ortega, de la Isla de San Fernando. A
estas alturas pretendo pasar por un buen aficionado y estoy de acuerdo que ese,
el buen aficionado, es al que le caben más toreros en su cabeza.
Bueno, bueno
… Para remate de la feria se preparan seis toros de Núñez del Cuvillo (Osborne
Domecq, Salayero y Bandrés y Juan Pedro) para El Pirata que nació una ¿aciaga?
tarde zaragozana, Juan José Padilla arropado por dos figuras de la categoría de
José Mari Manzanares y Alejandro Talavante, dos toreros importantes que pondrán
remate de oro a una temporada no muy propicia. Dicen que lo afirmaba Guerrita:
“No es lo bien empezao, sí lo bien arrematao”. Media verónica y me escondo en
el burladero para disimular que no tengo fuerzas para más. Suerte, toreros,
ganaderos, empresarios y espectadores. Hay toros en las fiestas del Pilar.
¡Alabado sea el Señor! Hace poco leí que un señor no creía en Dios porque las
moscas volaban y él no. Y yo creo, entre otras razones, porque Dios no me hizo
mosca.
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