miércoles, 26 de mayo de 2010

Quisicosas de San Isidro

Puede que llegue a la conclusión de que el acierto ha sido de Enrique Ponce por quedarse fuera de la Feria Más Grande del Mundo, título con la que presentaba yo San Isidro en "El Alcazar" de los años 70 y había que pelear con todos los diarios de Madrid. De la mano de Jesús Rodríguez, de su cámara más bien, salía el carrete de los tres primeros toros que un mozo recibía en la plaza para llevarlo a revelar a todo color y publicar las fotos al día siguiente en la edición vespertina. Ya no hay ediciones vespertinas y las fotografías que se prodigan son las de los "vips" que se concentran en los bares de los pasillos o en el patio de arrastre. Flor en el ojal, corbata de seda, traje de tamburini, puro habano si te dejan los vecinos de localidad y whisky on the rocks o gintonic con mucho ice. Como el hielo están un par de miles de los que llenan los tendidos. No perdonan una. A Manuel Jesús Cid, que venía de pasearse por la Real Maestranza tres tardes y matar seis toros, lo querían poner a trabajar con los buenos toros de Alcurrucén y los del Puerto de San Lorenzo, los núñez y los lisardos, que junto con los de Los Bayones y principalmente los de Cuadri, han defendido hasta ahora el honor ganadero en el ruedo de Las Ventas, el de los vientos, más bien. Abúlico y centrífugo en sus faenas de muleta, resucitaba los gritos de "pico, pico" que me recordaron los días madrileños de José Fuentes, hasta el punto de que el de Linares ("Linares se lo llevó y Linares nos lo devuelve", de El Pipo) se fue a la barrera y le pidió a su mozo de espadas, el ínclito Joaquinillo, gran torero que fue en la cuadrilla de Pepe Luis y se tuvo que agarrar al oficio servidor para supervivir en su vejez, la puntilla para cortarle los vuelos a la muleta. Una vez realizada la operación, volvió al toro y... siguieron los del "pico, pico". Hay tranquillos defensivos que son muy difíciles de superar y "El Cid" parecía abocado al desastre el día que sustituyó a José Mari Manzanares en la corrida de los de Juan Pedro Domecq en Madrid. Llevaba una docena de toros entre Sevilla y Madrid sin apenas responder a alguna beatífica ovación del respetable, no del todo respetable en muchas ocasiones. Los bárbaros habían preparado no sé que tipo de huelga porque no encontraban justificaciones para que el de Salteras ocupera el puesto del alicantino sometido a una delicada intervención quirúrgica. Los fenicios impusieron su fuerza y ahí estuvo El Cid casi después de fallecido. El que estuvo al borde del precipicio fue Julio Aparicio, que venía de triunfar en Nimes. No explico como fue la cogida porque para difundir estas tragedias se las pintan solos los de la Plus y el resto de la televisiones y los directores de los periódicos y revistas. Loor al director de Aplausos que en su portada publico la foto de Morante dandolé un pase por alto a un toro en el circo romano francés. A Manuel Jesús le correspondío lidiar en sexto lugar de la corrida de Madrid el segundo toro del lote del desafortunado y afortunado Aparicio. Un toro excelente y a la decimotercera oportunidad Manuel Jesús Cid encontró su fortuna de este nublado año y la cortó una oreja. Justa y justita. Julio Aparicio padre les pedía a los medios de información que no repitieran más veces las escenas de la impresionante cogida de su hijo.

En contraste, al día siguiente, en Nimes, vino lo de Morante a otro toro de Juan Pedro. El toreo del de La Puebla sentado en una silla y luego por cante grande hasta rematar con la espada. Morante es un artista privilegiado y que, además, se preocupa de estudiar la tauromaquia desde tiempos inmemoriales, antes de nediar el siglo XIX. Su cabellera profusa y brillante, la coleta natural, la pañoleta en lugar del estilizado corbatín, el puro entre barreras es una réplica del retrato de Francisco Montes "Paquiro" envuelto en su recamado capote y con el caliqueño en sus dedos. Y ahora lo de resucitar la memoria de Rafael el Gallo y su silla de anea en el cincuentenario de su muerte. Bella estampa, revolución hacia el pasado, progreso en su sentimiento artístico, estudio de la forma de andarles a los toros de Domingo Ortega, espera constante y ojo avizor a la llegada de la inspiración. Antena 3 tuvo el detalle de enseñarnos en el telediario de Matías Prats, las mejores y mejor puestas corbatas de todas las televisiones, una muestra de lo que Morante había hecho en Nimes. Era como una compensación de la tragedia madrileña. Solo desentonó en aquella explosión de gracia y salero la silla en cuestión. Era de salón, no del hogar de la cocina labradora. Vendrá otro día y, en ese nuevo escenario, tendremos la silla de anea o enea, lo mismo da. El caso es que estemos allí, cuando a Morante se le pose sobre su cabeza la llama artística de Pentecostés. En el tiempo estamos.

lunes, 17 de mayo de 2010

UNO QUE PUEDE SER

Llegar en el mundo de los toros dicen que es un milagro. Por eso afirmar ahora que Antonio Espaliú, de Coria del Río, puede ser se me antoja un atrevimiento que me atrevo a asumir porque el apoderado de este nuevo torero de la provincia sevillana es Miguel Flores, lanzador de Julio Aparicio y Morante de la Puebla. Miguel, torero y poeta, tiene paladar, intuición, buen "bajío", sensibilidad y...misterio. Apostar por un torero de Miguel Flores es mucho menos arriesgado, casi no es milagro si, al final, aciertas. Y pido a Dios, a mi Dios torero, acertar porque tener fe en el arte es supervivir, cosa muy necesaria a la edad que yo tengo. Suelo repetir que el buen aficionado es el que tiene la mente abierta y las caben más toreros en su cabeza. No creo que los buenos aficionados fueran los que no volvieron a los toros tras la muerte de Joselito, la de Manolete o la retirada de Ordóñez. Ni lo son hoy en día los que solo van a los toros cuando torea José Tomás. En estos momentos hay una docena de toreros que me ilusionan: Ponce, El Juli, Morante, Castella, Manzanares, Cayetano, Perera si vuelve por sus fueros, Uceda Leal, Julio Aparicio, Curro Díaz, Ivan Fandiño y, con permiso, Hermoso de Mendoza. Y, desde luego, José Tomás aunque no este de acuerdo con su política elitista. Claro que ha habido toreros de esencias y frascos pequeños y otros que todos los años querían ganar la maratón de la temporada. Claro que hubo matadores que encabezaron las estadísticas como Curro Girón y Espartaco y no fueron superiores en nada al ya citado Antonio Ordóñez o a Curro Romero, pongo por ejemplo de frugalidad estadística. Torear no es actividad stajanovista.

Luego volveré al nuevo torero de Miguel Flores. Antes, con motivo de los 90 años de la muerte de "Joselito" y los 40 de la alternativa de Paco Camino, quiero decir un par de cosas. Hay quienes afirman que la pareja más importante de la Historia de la Tauromaquia fue la formada por Joselito y Belmonte. No estoy de acuerdo. Creo que esta competencia, por culpa de "Bailador" de la Vda. de Ortega y en la plaza de toros de Talavera de la Reina, solo duró siete temporadas frente a la de Lagartijo y Frascuelo que se mantuvo dos décadas y fue fundamental en la evolución del toreo. También he dicho alguna vez que en la tragedia talaverana tuvo la culpa Joselito, al que Corrochano, el predilecto de Andrés Amorós entre la crítica de los toros, calificaba como el más sabio de todos los tiempos: "Yo creía que Joselito era el toreo y lo mató un toro". Un toro burriciego del que se alejó unos pasos para armar la muleta y se lo llevó por delante. Burriciego es el toro que no ve de cerca pero sí en la mayor distancia. Eso es de catón taurino y a José Gómez Ortega, que era rector máximo de la asignatura, se le olvidó en aquel transcendental instante. A Joselito le hacía falta Belmonte y Belmonte se quedó huérfano a la muerte de José. Sus enfrentados partidarios se unieron, olvidaron antiguas rencillas y fundaron la peña de "Los de José y Juan". Ellos y sus panegiristas hicieron más grande una época corta. A la muerte de Frascuelo, don Rafael Molina se fue de Córdoba a Madrid para asistir a su entierro y musitó ante el cadáver de su rival: "No somos nadie, Salvador".

He visto un reportaje en la televisión en recuerdo de los cuarenta años de la alternativa de Paco Camino, el más largo de los toreros. Capote, muleta y espada, mejor por la izquierda que por la derecha. Con la espada, en lo que yo he visto, le ganaba Rafael Ortega porque era más seguro y menos arriesgado. A Camino le hieron en varias ocasiones al entregarse en el volapie, si bien esos graves castigos no le hicieron abdicar de su fama de estoqueador. Un torero completísimo que alternó, sobre todo, con Puerta y El Viti, pero con una lista tan amplia y variada como la de hoy en día. En México, tras Manolete y junto al Niño de la Capea y Enrique Ponce. Y en el ensueño, junto a Cagancho, Gaona, Armillita o Lorenzo Garza. A Zaragoza llegó el jovencísimo Paco y rompió la temporada de novilladas sin caballos. Y en Barcelona y el resto de España. Tengo una foto de Enrique en el patio de cuadrillas de Las Ventas, junto al de Camas, el 4 de junio de 1970. Corrida de Beneficencia. Paco mató siete toros y cortó ocho orejas. En alguna ocasión su paisano Curro le ponía a cavilar: "Déjalo - pensaba para sus adentros -, ya le cogeré mañana". "De Camas a Sevilla hay un camino y con el polvo del camino se está secando el romero". Pero por su tierra el profeta era su paisano. En Madrid, los dos. Recuerdos vivos, gracias a Dios.

Del nuevo torero de Miguel Flores, Antonio Espaliú, dicen que es de Camas. No es cierto, es de Coria del Río, más cerca de Puebla del Río, cuna de José Antonio Morante. Lo que ocurre es que Espaliú, que difícil apellido para ser torero, ha recibido lecciones en la Escuela Taurina de Camas. Y no le busquen parecidos porque el arte no se puede imitar ni aun siendo hermanos los protagonistas: los Bombita, los Gallo, los Bienvenida o los Dominguín. Pepe Bienvenida no recibió ni una sola cornada en su larga carrera y Antonio Bienvenida sufrió muchas y de gravedad y, al final, lo mató una utrera. Pepe murió en la enfermería de la plaza de Lima, pero a causa de un infarto. Enigmas sin descifrar.

Fue el pasado domingo, en la plaza de toros de Zaragoza. Se lidiaban novillos de la ganadería con el poético nombre de "Flor de Jara", antes de "Bucaré", de la división de la de Joaquín Buendía. Puro santacoloma, estampa recortada, poco desarrolladas cabezas, finos de cabos y temperamento fuerte, pelos cárdenos. Fueron más saltillos y mexicanos que santacolomeños. Embistieron con suavidad extrema, excepto el cuarto orto y revolvedor. El quinto derribó en la primera vara y se empleó con bravura y temple. Si el aragonés Miguel Cuartero no hubiera fallado con el descabello puede que hubiera sido premiado con alguna oreja y puede que al novillo se le hubiera dado la vuelta al ruedo. A Cuartero, que ya tenía demostrada su ansia de ser torero después de matar cinco novillos en esta misma plaza a final de la pasada temporada y por cogida de sus compañeros, se le nota mucho su paso por la Fundación El Juli. En Aragón, para ser torero hay que emigrar. Le cortó una oreja al segundo de la tarde y dió la vuelta al ruedo en el quinto. Esaú Fernández, sevillano, tiene buena técnica pero es demasiado alto. Se le ven más los defectos y se acentúa su sosería. Mal con la espada, escuchó dos avisos en el primero de la tarde. Antonio Espaliú fue ovacionado en el tercero y dio la vuelta al ruedo en el sexto. No se parece ni a Camino ni a Morante y puede ser una amalgama de ambos estilos. Torea con una suavidad y un temple que parecen mimo. Mimar a un toro es cosa difícil y mimarlo con arte ya es casi el milagro del que hablaba al principio. Un novillero que viene a Zaragoza amparado por Miguel Flores y ayudado en la lidia por Vicente Yesteras y Domingo Siro ya se puede asegurar que viene para algo importante. Los milagros solo se confirman al cabo del tiempo. Pero a mí me dio la sensación de que Miguel Flores se tocaba a sí mismo las palmas y se arrancaba por poemas de cante hondo.

viernes, 14 de mayo de 2010

ALREDEDORES DE LAS VENTAS

En la fachada pone 1929 y hubo una corrida de inauguración en 1931 con la bandera republicana en su mastil. Pero hasta 1934 no funcionó como tal plaza de toros. Se había construído un precioso coso sin accesos adecuados y había que esperar a que el urbanismo municipal los hiciera. Luego, la guerra del 36 al 39 y la confirmación de la alternativa de Manolete en octubre del llamado Año de la Victoria, el trompetazo triunfal de la era del mortal-inmortal cordobés. Hasta el Linares del año 1947. Antes, en 1944, don Livinio se inventó la Feria de San Isidro que empezó con cuatro festejo. Quién te ha visto y quién te ve: hoy más de treinta corridas seguidas con entusiasmo y deleite por los privilegiados espectadores, los de la cobarta de seda, la azulina en el hojal (un recuerdo a la florista María Luisa), el puro habano, el encuentro en el patio del desolladero y las tapas, el vino y la charla que te dan, intercambias o que das a la salida de cada festejo. La más grande feria del mundo. Por eso hoy, tras el primer cuarto de feria, hablo de temas alrededor de San Isidro.

El primero puede ser alrededor de la Venta del Batán de la Casa de Campo. Lo recuerdo como una excursión de lo más grata y con un hecho singular. Una mañana estaba yo por aquellos andurriales acompañado por el gran fotógrafo Jesús Rodríguez y nos encontramos con varios matadores que se reunieron en el local hostelero que regentaba el dueño del café "Riesgo" de la esquina de la calle Peligros con Alcalá, en el que yo conocí al matador de toros Victoriano de la Serna, el suegro de Vicente Zabala. En el Batán apareció el principe Juan Carlos y luego su esposa Sofía que le riño levemente: "Juanito, no me has esperado". A Jesús y a mí nos permitieron hacer el reportaje con leves advertencias y con participación en el banquete que siguió a la visitsa de los diferentes cercados en los que estaban los toros. Entre los matadores de toros que allí se encontraban recuerdo a Palomo Linares y Julio Robles y que en el periódico en el que yo trabajaba no le dieron demasiado relieve al acontecimiento porque no eran muy partidarios del príncipe Borbón. Ayer me lleve una gran alegría al conocer que hay gestiones entre las autoridades y los gestores taurinos para abrir de nuevo el gran escaparate de la bravura aunque esté de lo más deteriorados por su abandono y por el insufrible vandolismo. La primera venta de exposición de ganado a lidiar en Madrid, entonces en la plaza de la Puerta de Alcalá, estuvo a orillas del Jarama y la pintó Francisco Goya. Buen cronista.

De entre las ocho corridas que se llevan lidiadas quiero recordar a dos toreros por su sensibilidad artística, a Curro Díaz e Ivan Fandiño, a Rafaelillo por su valor y técnica con los hermosos ejemplares de Dolores Aguirre, que les ha puesto sangre indómita a los atanasios, y al mexicano Arturo Macías que, al margen de la moda tomista, tiene a quien imitar en lo que a arrojo se refiere. Hablo de su paisano Luis Freg, a quién se le puso el sobrenombre de "Rey del Valor" y del que se dudó en otro sentido a pesar de sus continuas visitas a las enfermerías de las distintas plazas en las que actuaba. Arturo Macías ha hecho el paseíllo en tres plazas españolas hasta el momento: Valencia y Sevilla, en las que resultó herido, y Madrid, en la que certificaron su extraordinario arrojo y en la que sufrió dos volteretas de escalofrío. Leonardo Hernández hijo que se ha convertido en el tercer caballero tras Hermoso de Mendoza y Diego Ventura, con uve, con b es mi nieto, y el nuevo matador de toros, José Manuel Mas, que se despidió de novillero en Zaragoza el domingo anterior sin apenas relieve y que se difuminó en Las Ventas con los de Parladé. Diego Urdiales y Matías Tejela no estuvieron a la altura de su bien aprendido oficio de lidiadores.

Aprovecho la ocasión para manifestar mi contento por la indiferencia con la que se ha recibido en los medios de información las insinuaciones de pederastia y golfería del mundo de los toros. Es absurdo que en una pantalla de televisión se le dé sitio y dinero a un señor por denunciar que él no llegó a figura porque su apoderado le sometió a tocamientos y otros abusos homosexuales. Y luego nos quejamos de los antituarinos. Y la defensa contra estos dislates no está en afirmar que el mundo de los toros es de machos. Es de personas normales que tienen el privilegio de tener la voluntad de ponerse delante de un toro sin obnibularse mentalmente. El valiente es el que conoce el miedo, lo tiene y lo supera. Primero hay que tener miedo para ser valiento. Lo otro es inconsciencia.

Otra sorpresa para mí ha sido el obituario que, el pasado 9 de mayo, El Mundo le dedicó a Salvador Valverde, fundador de la Asociación del Toro de Madrid y calificado como "la voz del Tendido 7". En esa necrológica ensalzatoria de Juan Luis Galiano se cita a otra "leyenda" del tendido 7, a "El Lupas". Quisiera equivocarme, pero me parece que el final de este hombre no fue de lo mas edificante. Y recuerdo una ocasión en la que estaba toreando Curro Vázquez y el llamado "El Lupas" por los gordos cristales de sus gafas no por que "debía de ver todo", se metía con el toro y el torero al tiempo que aquel le pegaba una grave cornada al diestro y de su pierna salió la sangre como de un surtidor. Vuelvo a ver al gran Bojilla, que por entonces era el apoderado de Curro Vazquez, tratando de subir al tendido desde el callejón para ajustarle las cuentas al vocero mientras que al toreros se lo llevaban a la enfermería con toda urgencia. Hubo en otros tiempos, en los años 40 y 50 del siglo pasado, el auténtico y popular pregonero de ese 7 de Tomás Martín "Thomas", el llamado "Ronquillo", aragonés y taxista en Madrid, que con su característico timbre de voz le hacía preguntas a don Livinio, felicitaba a doña Carmen el 16 de julio, la conocida por "la collares", les llamaba ganaduros a los ganaderos o, ante un éxito de Antonio Bienvenida, invitaba a los aficionados a escuchar por la noche e "Curro Meloja" en Radio Madrid. Yo es que no puedo vivir si no me doy una vuelta por los alrededores de Las Ventas del Espíritu Santo. Aunque sea de memoria.

lunes, 3 de mayo de 2010

COSAS VEREDES

Primera novillada de 2010 en el coso de Pignatelli. La misericordia ya no existe y, por tradición, hay otras plazas que así se llaman. Las de Pamplona y Bilbao, por ejemplo. Pignatelli fue el que en el siglo XVIII construyó la de Zaragoza junto al Hospicio, en donde el famoso sacerdote montó una fábrica de lonas para hacer trabajar a los acogidos y no darles el pez sino enseñarles a pescarlo. Pignatelli, no muy buen clérigo, sí fue un hombre providencial para Zaragoza. También hizo posible que se inaugurara el canal Imperial y saliera agua por los caños de la Fuente de los Incrédulos. En el parque de su nombre, allá por la subida de Cuellar hacia Torrero, está su estatua. En la plaza, en el patio de cuadrillas, hay un mosaico en su recuerdo. Y el Hospicio es hoy la DGA después de una obra de mas de 4 mil millones de pesetas. La plaza, embellecida desde 1979, sigue ahí de milagro. Hubo algún técnico que quiso derribarla y hacer una gran avenida hasta el río. Lo quieren cambiar todo. Lo que no cambia es el comportamiento de los aficionados. Se van muriendo los viejos y llegan nuevos que se comportan como los antiguos. No se entusiasman con las novilladas y menos si no hay posibilidad de que los chavales que triunfen repitan actuaciones. Los casos de Chamaco o Camino y hasta Pedrito de Portugal no se pueden dar ahora porque ya estan confeccionados todos los carteles, aunque sea cierto que en la primera novillada celebrada este 2 de mayo no hubo ningún novillero digno de repetición.

Los novillos eran de Prieto de la Cal y varios de ellos no podían negarlo por sus pintas jaboneras, en la línea de su aristocrática procedencia del Duque de Veragua, antes de Fernando VII, luego del abuelo de los Lozano, toreros, empresarios, apoderados y ganaderos, al final de Juan Pedro Domecq aunque solo el hierro y no la procedencia. Bien hechos, armónicos en sus hechuras, rematados, con buen son para los caballos y repetidas embestidas no encauzadas por sus toreadores. Picaron bien los dos aragoneses que iban en la cuadrilla de Alejandro Lalana, Diego Ochoa y Rafael Saúco, aunque este tuviera que rectificar en el segundo puyazo, y el de la cuadrilla de Javier Herrero, Israel de Pedro, en el cuarto. El tercio de varas de ese cuarto novillo fue espectacular y el brindis al ganadero, que estaba en el tendido 4 junto a su madre y a un hijo de Pepe Luis (Vázquez, se entiende), auguraba una faena brillante y triunfal. No fue así y los seis novillos fueron arrastrados sin que sus matadores supieran solucionar los lógicos problemas de la casta. Hubo un novillo negro, el primero, uno castaño claro, el segundo, uno que se decía melocotón y que a mí me parecio albahío, el quinto, y un sexto, el más guapo de los seis qure fue devuelto a los corrales por su flojera. Le sustituyó un castaño muy oscuro en la línea del primero, con menos presencia que los anteriores. Una lástima que semejantes novillos se encontraran con la inexperiencia de Javier Herrero, segoviano, Alejandro Lalana, el de Zaragoza, y el madrilleño Antonio Rosales, el más joven y puede con más posibilidades de progresar. Tiene una armónica figura y si mejora su técnica puede que evolucione en positivo. Lalana insistió por la mano izquierda en el quinto, pero la faltó enjundia y acoplamiento al buen son del de Prieto de la Cal. Poco más que decir de una novillada monótona hasta en los palos de las banderillas: todas con los colores de la bandera de España y Aragón. ¡Qué aburrimiento! Fuera reglamentos.

Un tema sórdido ha ocupado la pantalla de Antena 3 durante mas de ocho horas la semana pasada. Un señor dice que no pudo llegar a figura del toreo porque su apoderado quería abusar de él. Un matador de toros de Salamanca apareció otro día y aseguro que ese apoderado era un abusador de menores. Un señor a lo largo de los últimos cincuenta años y sin que nadie haya ido al juzgado a denunciarle. Y todo ese argumento sirve para mantener a la audiencia durante horas y horas para oscurecer más el buen nombre y la buena fama de la fiesta española. De dentro vendrá al verdadero enemigo. Dos toreros se prestan a este papel a cambio de unos dineros. En el toreo ha habido casos de homosexuales y, a veces, sorprendentes, pero los hay en el fútbol, los actores, los cantantes, los presentadores de televisión, las presentadoras, locutoras, actrices, políticos, políticas escritores, periodistas, abogados... Siglos y siglos con la misma historia. Aquí no cabe afirmar que "cada uno será lo que quiera". Muchos lo serán de nacimiento. Pero lo que no se puede admitir es la pederastia, el paidófilo. Lo dice el Evangelio eso de la piedra al cuello y hundirse en la mar. Conocí a un torero con esa inclinación y era una persona maravillosa, una gran persona. No condeno la homosxualidad. Recuerdo un chascarrillo que le achacaban a un autor teatral: "Oiga, ¿usted como se hizo maricón? Como usted:preguntando".