sábado, 29 de septiembre de 2018

HABLA MORANTE DE LA PUEBLA



Lorena Muñoz, a quién no tengo el placer de conocer, le ha hecho una entrevista a Morante en Sevilla para el diario ABC y, tras explicarle las circunstancias de su actuación remate de temporada en Sevilla, le hace unas puntualizaciones que creo interesantes y, aunque me expongo al corto y pego de los políticos de hoy en día, mi conciencia franciscana me empuja al fiel reflejo de la dicho por José Antonio el de la Puebla, hombre con acusada personalidad e inspirado en estampas antiguas (Francisco Montes “Paquiro”), evocaciones gloriosas (admiración por “Joselito”) y afanes renovadores (no tiene sentido que los veterinarios digan si un toro es apto morfológicamente para la lidia). Pero plantea temas que a mí se me han presentado en muchas ocasiones cuando presencio una corrida televisada. Una que se apoya en una afirmación de Rafael de Paula, que hablaba poco pero que acierta: “El Espíritu Santo no sale en la televisión”. Recuerdo, entre otras, una actuación de Antonio Ordóñez con los de Pablo Romero en Las Ventas. Me lo pusieron un día por la tele y me dije “No, esto no es lo que yo vi aquel día”. El ambiente de la plaza no se puede recrear en un bar y, menos, en el salón de tu casa. Y lo que añade Morante de su cosecha: “No me gusta la forma de transmitir las corridas. Los comentaristas deberían mantener más silencio. Hoy en día se quiere explicar todo y el toreo no tiene explicación, es un sentimiento”. ¡Olé! Manes de Matías Prats y sus relatos radiofónicos. Entonces la palabra nos forjaba la imagen, el clima, el ambiente. Don Matías tenía una memoria prodigiosa y ponía en escena a centenares de personajes del mundo del toro, sus parientes y protagonistas. Pero en la televisión tú estás viendo que sale el toro, que lo torea el matador o el banderillero, que se queda corto o que derrota … Sobran explicaciones. Parece que los explicadores cobrasen como los anuncios por palabras. Una orientación, un leve comentario, nunca una explicación exhaustiva o reflejo de los sentimientos del que habla. El sentimiento se transmite directamente entre el que lo tiene y lo manifiesta y el que lo percibe.
Piensa José Antonio el de la Puebla hacer cosas nuevas en su actuación en Sevilla, cosas que tiene ensayadas en el campo y toreando de salón. asegura que le inquietan los silencios de la Maestranza. “Hay compañeros que dicen que el silencio de Sevilla es lo que más les preocupa. Y llevan razón”. Ay de aquel torero que tenga una mala tarde en  Sevilla y no escuche nada. Ya se puede ir a los “arbañiles” o apuntarse a un master. “Curro, ya llegará el verano”. Y el verano llegaba.
Para remate de la entrevista comenta lo de su apoderado de este año, Manolo Lozano, hermano de los Lozano de Madrid y la ganadería de Alcurrucén, matador de toros un día 4 de octubre de 1970, de manos de Manuel Benítez “El Cordobés”, en la plaza de Tánger. “He aprendido mucho con él, es un aficionado y un taurino como no quedan, muy romántico, pero a final de año el apoderamiento se acaba”. A Morante no le han durado mucho sus apoderados. Recuerdo que de novillero estuvo en manos de Miguel Flores, apodado “El Camborio” en una etapa de su paso por la novillería andante, poeta y rapsoda, que apenas estuvo una temporada a su lado. Menos mal que un día, en Las Ventas, Morante le brindó un toro y a Miguel se le olvidaron todos los males. Otro año le acompañó Rafael de Paula y hasta se fumó algún habano con el mexicano Rodolfo Rodríguez “El Pana”. Pocos compromisos. Mucho sentimiento. Y luego dice cosas que te hacen pensar en los misterios de este arte. Por eso lo atacan algunos, porque no lo entienden. 

domingo, 23 de septiembre de 2018

TOROS EN ZARAGOZA (II)




La primera corrida de toros de esta Feria del Pilar de 2018 es el día 6 de octubre y con toros de Montalvo. María Montalvo de Pérez Tabernero, don Antonio, ganadería que pasó a  manos de su hijo Juan Mari y luego a su nieto Juan Ignacio, actual propietario que ha luchado lo indecible para recuperar la buena fama de sus antecesores y con cruces con reses de Juan Pedro Domecq, Zalduendo y Daniel Ruiz ha conseguido entrar en el gran mercado del toro bravo. Y esta corrida servirá para el adiós del francés Juan Bautista aunque anuncie que al año que viene actuará en la corrida goyesca de Arlés. Zaragoza es plaza propicia para las despedidas y lo fue principalmente de los dos primeros Califas del toreo, de Rafael Molina “Lagartijo” en una de sus cinco corridas en solitario (Madrid, Valencia, Zaragoza, Barcelona y Bilbao) y la de Rafael Guerra “Guerrita”, al final del siglo XIX cuando sentenció “No me voy, me echan”. Eran otros tiempos. A Bautista le acompañan en el cartel el extremeño José Garrido y el toledano Álvaro Lorenzo, que en Ejea de los Caballeros ha reconfortado mi rincón del alma donde guardo mi incensario artístico. Pepe Luis, don Antonio, Curro, Rafael o el de la Puebla. Muchos más, pero no quiero alargarme. Y que conste que desde otros lugares me han llegado rumores de que Lorenzo puede ser “el mesías del pellizco”. ¡Ojalá así sea!
El día 8 de octubre, toros de El Pilar, Alicio Cobaleda a su hija Eusebia, esposa de García Fonseca, a su hijo José Luis García Cobaleda y venta a Moises y Pilar Fraile que añadieron vacas y sementales de Matías Bernardos, más conocido por “El Raboso”. Y con estos toros, tres aragoneses: Ricardo Torres, Alberto Álvarez e Imanol Sánchez. Puede que las dificultades de su encaje en los diversos carteles haya propiciado este ensayo de los empresarios a la espera del favor de sus paisanos. Así sea.
El día 10 de octubre, toros de los hermanos García Jiménez y su madre, Olga Jiménez, los Matilla de este mundillo torero, procedencia de Jandilla, para David Fandila “El Fandi”, todo terreno, López Simón y otro artista ya confirmado a nivel nacional, Ginés Marín. El día 11, toros de Adolfo Martín, del mismo origen que los de Victorino, Escudero Calvo, los saltillos de Albaserrada, para el depurado Antonio Ferrera, Miguel Ángel Perera y Jiménez Fortes, hijo de la torera malagueña del mismo apellido y con una probada valentía y acreditada mejora técnica. De casta le viene al galgo.
Antes, hasta los años 50 del siglo pasado, no había corrida el día 12, el de la Virgen del Pilar. Se dedicaba a la celebración religiosa y familiar. Hoy “hay gente pa´ to” Y desde luego el cartel de este día lo merece. La conjunción de dos excelentes ganaderos del pasado, Lisardo Sánchez, de Botoa, y Atanasio Fernández, Salamanca (favorito de don Antonio Ordóñez, con cuyos productos creó su ganadería). Son los toros de Puerto de San Lorenzo.  A estos toros enfrentarán, es un decir, el toro no es el enemigo del torero, Enrique Ponce, que tiene bien probada su maestría y su pervivencia en la cumbre, único caso en la Historia del Toreo, Diego Urdiales, bendecido por el pontífice de Camas, y la repetición de Miguel Ángel Perera, el único diestro que repite actuación en esta Feria.
El día 13, Julián López “El Juli” en su decimocuarto paseíllo en solitario, segundo en la plaza de Zaragoza. El anterior fue el 11 de octubre de 2003  y como en casi todas sus tardes como único matador lidió seis toros de distintas ganaderías y cortó cuatro orejas, dos en un toro y salió a hombros. En esta ocasión repite sólo con la divisa de Parladé, suma un toro de Nuñez del Cuvillo, otro de Puerto de San Lorenzo, uno de sus favoritos de Garcigrande y dos novedades, Alcurrucén, en una gran temporada, y, sobre todo, un toro de Los Maños, el de los santacolomas de Mayoral, prueba importante para los ganaderos de Luesia porque importante es que un torero de la alcurnia de Julián mida sus fuerzas con un producto de su casa. Y que el toro dé el trapío que a muchos de su casta les falta. En aquellos tiempos, en esos en los que sueño grandezas de las ganaderías aragonesas, a nuestros toros les ponían esas pegas de  tener poco presencia, finos de cabos, enjutos pero revoltosos y picantes. Eso se dice de los de Santa Coloma, a los que entendía a las mil maravillas un torero de época, Paco Camino. Torero con el capote, torero con la muleta y uno de los mejores con la espada. ¿El otro? Rafael Ortega, de la Isla de San Fernando. A estas alturas pretendo pasar por un buen aficionado y estoy de acuerdo que ese, el buen aficionado, es al que le caben más toreros en su cabeza.
Bueno, bueno … Para remate de la feria se preparan seis toros de Núñez del Cuvillo (Osborne Domecq, Salayero y Bandrés y Juan Pedro) para El Pirata que nació una ¿aciaga? tarde zaragozana, Juan José Padilla arropado por dos figuras de la categoría de José Mari Manzanares y Alejandro Talavante, dos toreros importantes que pondrán remate de oro a una temporada no muy propicia. Dicen que lo afirmaba Guerrita: “No es lo bien empezao, sí lo bien arrematao”. Media verónica y me escondo en el burladero para disimular que no tengo fuerzas para más. Suerte, toreros, ganaderos, empresarios y espectadores. Hay toros en las fiestas del Pilar. ¡Alabado sea el Señor! Hace poco leí que un señor no creía en Dios porque las moscas volaban y él no. Y yo creo, entre otras razones, porque Dios no me hizo mosca.

TOROS EN ZARAGOZA (I)




La cosa estaba muy complicada: la  burocracia y  los egoísmos estuvieron a punto de celebrar con los anti-taurinos el centenario de la “gripe española” que dejó sin festejos a la plaza que construyó don Ramón Pignatelli y que ese año de 1918 iba a verse embellecida y aumentada de capacidad por el arquitecto Miguel Ángel Navarro y por la fuerza popular del enfrentamiento novilleril entre Herrerín y Ballesteros, que no pudieron conocer el coso remozado puesto que Herrerín murió en una novillada en San Roque, Cádiz, y Ballesteros en una corrida en Madrid, al año siguiente de tomar la alternativa en la capital de España. Hoy la tragedia se convertía en farsa burlesca y los animalistas se relamían de gusto a las puertas y verjas de la plaza cerradas con cerrojos y candados. Se solucionó el tema con la lógica solución judicial de permitir a los empresarios designados llevar a cabo su función de tales empresarios. Unos empresarios que pensarían que, dada la premura del acontecimiento, la dificultad innata de feria de final de temporada y que las cornadas donde más duelen es en la cartera (Domingo Dominguín, padre) hubieran procurado organizar una alambicada feria a la antigua usanza, con tres o cuatro festejos y la crema de la torería andante. Algo de altruismo y añejo romanticismo habrá que adjudicarles a los señores Mena, Fontecha y su avalador Zúñiga puesto que han montado un abono de temporada con una docena de festejos (8 corridas de toros, 1 de rejones y 3 novilladas) en dos semanas, las que van del 29 de septiembre al 14 de octubre. Los dos festejos septembrinos y sanmigueleros, novillada y corrida-concurso de ganaderías, dos últimos días de este mes; la Feria del Pilar, del 5 de octubre a ese 14 final.
En la primera novillada se lidiaran reses de Aurelio Hernando, de Colmenar Viejo, la tierra de los toros de Martínez, predilectos de José Gómez “Gallito”, de Luis Fernández Salcedo, el mejor y más pródigo panegirista del toro bravo, “Los Cuentos del Viejo Mayoral”, de los hermanos Bollaín, Adolfo, “Litri, no; Aparicio, si”, y el más belmontista de los belmontistas que en el Mundo han sido, Luis, notario en Sevilla y Aleas, ganadero famoso y secretario de la Unión Nacional de Ganaderos de Reses Bravas. Y Agapito García “Serranito”, matador de toros en los años 60 del siglo pasado. El ganadero Hernando está por los toros veragüeños  en su finca de Colmenar y Sota del Real y se dan con asiduidad animales jaboneros, entrepelados o berrendos. A la de Veragua le añadió sangre de Juan Pedro Domecq, que todo el mundo sabe que tiene por hierro la V cornada del Sr. Duque de Veragua. A esos novillos de tan distinguida alcurnia se enfrentarán Miguel Cuartero, aragonés de Zaragoza, una década en el escalafón de novilleros con picadores, el madrileño Rafael González y el salmantino David Salvador, de La Fuente de San Esteban, paisano de Paco Pallarés. Puede, no estoy seguro, que esta novillada picada sea la primera que se celebra este año en territorio aragonés. Una pena. La corrida del día 30 de septiembre es la del concurso de ganaderías, con los siguientes hierros: el de Manuela Agustina López Flores, de la casta jijona, madre del también ganadero Samuel Flores; Prieto de la Cal, más de Veragua; Benítez Cubero, de Marchena, Sevilla, Vistahermosa del cura Hidalgo; Peñajara, de Baltasar Ibán, que acaba lidiar una brava corrida en Arlés; San Martín, de los santacolomas del mexicano José Chafick y el de Pedraja de Yeltes, Villar de Salustiano Galache y Caridad Cobaleda. Variedad de encastes, plaza pintada como una pista de baloncesto y tres toreros que suenan por sus virtudes y por su entrega de cada día: Octavio Chacón y los sevillanos Manuel Escribano y Pepe Moral.
El día 5 de octubre empieza el Pilar con otro novillada, esta de Los Maños, los nacidos de los santacolomas de Mayoral y ganada su antigüedad en Madrid hace unos días. Los lidiaran en festejo internacional el portugués Joao Silva “Juanito”, el francés Adrián Salenc, de Nimes, y el español Alejandro Mora, sobrino de Juan Mora y nieto de “Mirabeleño”, torero de los 50 del siglo pasado, ganadero y empresario. Y la tercera novillada tendrá lugar el 9 de octubre, dentro del ciclo pilarista, con novillos de El Parralejo, divisa puesta de moda en San Sebastián  y Bilbao y origen de Jandilla y Fuente Ymbro, con el madrileño Pablo Mora, triunfador de las nocturnas de Las Ventas, el madrileño Francisco Manuel, hijo del venezolano Manuel Fuentes, matador de toros y subalterno que se quedó a vivir en España hace cuarenta años, que ha ganado estos días los galardones al triunfador en Villaseca de la Sagra y Arganda del Rey, y el salmantino Manuel Francisco Sánchez, que se anuncia en los carteles como Francisco Diosleguarde, que es como se conocía en otros tiempos su pueblo natal de la diócesis de Ciudad Rodrigo, Dios le Guarde. Luego está la corrida de rejones del día 7 de octubre, en la que es de notar la ausencia de Pablo Hermoso de Mendoza y la presencia de Diego Ventura, el primer rejoneador que corta un rabo en Madrid, y al que acompañan el portugués Rui Fernandes y el alicantino Andy Cartagena. Los toros, de los Herederos de Ángel Sánchez y Sánchez, sucesores de los Coquilla y los Sepúlveda de Sánchez Fabrés, de Salamanca.

UN TORO DE BANDERA (UN TORERO CON FUTURO)




En una plaza de tercera, 2 de septiembre, aunque por sus antecedentes ganaderos podía ser de primera, en Ejea de los Caballeros, cabecera de Las Cinco Villas de Aragón, surgió el acontecimiento. No hubo sorpresa porque en estos tiempos estamos acostumbrados a los éxitos bravos de los productos de “Alcurrucén”. Fue una corrida pareja con la excepción de la cortedad de pitones del primero de la tarde y el pelo berrendo en colorado del sexto. El resto, negros. Pero es que, además, ese sexto fue un ejemplo de mansedumbre frente a las nobles embestidas de los moritos, con algunas pegas del descarado quinto toro en la faena de muleta de López Simón, el descalzo de cada tarde. También se descalzaron, y en Ronda nada menos, Morante y Cayetano. Es como si una modelo saliera a posar o a un desfile de modelos con los bigudíes puestos. El toreo tiene su estética y unos zapatos buenos y limpios pueden mejorar un vestido deficiente. “La Chunga” era otra cosa. Total, cuatro “alcurrucenes” puestos a embestir. Pero el tercero, “Pocohambre”, tuvo la suerte de que le correspondiera a Álvaro Lorenzo, el toledano que ilusionó a los madrileños de Las Ventas y que nos volvió locos a los ejeanos desde el primer lance a la estocada. Yo agité mi pañuelo pidiendo el rabo del noble animal para este torero, que está llamado a mantener el fuego sagrado del arte de lidiar a un toro. Pero el presidente, un “aficionado de prestigio” elegido por el Ayuntamiento, decidió sacar sólo el pañuelo de los espectadores, que protestaron violentamente la decisión del usía. Tampoco hubiera estado de más ordenar la vuelta al ruedo de “Pocohambre”. Una oreja del segundo toro fue también para López Simón y el lugareño Alberto Álvarez se tuvo que conformar con los aplausos de sus paisanos ante sus buenos deseos y férrea voluntad. Son ya muchos años, pocas ocasiones y ninguna oportunidad más allá de nuestras fronteras aragonesas. Y el toreo es universal. La empresa de Ejea, Mena y Fontecha, que es también mayoritaria de la de Zaragoza, incluye en la próxima Feria del Pilar una corrida con diestros aragoneses. Veremos cómo responden los “sufridores” zaragozanos, que también soportarán una corrida concurso de ganaderías y la despedida de Juan José Padilla. Espero que ese día “el Pirata” se ponga fajín y se abroche el chaleco de luces. Valle Inclán le dijo Belmonte que, para su mayor gloria, sólo le faltaba morir en la plaza. “Se hará lo que se pueda, don Ramón”, le contestó el de la sevillana calle de Feria. Con la misma intención yo le sugiero al jerezano, ante la profusión de banderas piratas en sus actuaciones, que se deje pegar una cornada en una pierna para que le tengan que poner una de palo. Más pirata, imposible, incluido el pañuelo negro en la cabeza.
La segunda corrida de la Feria ejeana de la Oliva, 4 de septiembre, fue un festejo de rejones con toros franceses de Hermanos Gallón, bien presentados y no demasiado mutilados de pitones. Espectacular y entusiasta Andy Cartagena, que cortó tres orejas y salió a hombros, Sergio Domínguez falló con el rejón de muerte y Diego Ventura, oreja y oreja, sensacional en toda su lidia y, en especial, en el quinto toro con los tordos “Lío” y “Fino”, con sus galleos en la cara del toro, en los que los caballos no pierden de vista al oponente y alternativamente ofrecen su cabeza o las ancas en eso que don Rafael el Gallo ejecutaba a pie con primor. Lo mismo, pero desde las monturas. Dificil. Quiebros sin desplazarse, piruetas en la misma cara del toro sin carreras ni galopadas y sin pausas. En ese quinto toro pudo Ventura cortar los máximos trofeos, pero el rejón de muerte le quedó contrario, al pico de la paletilla del astado,  y el trance final tuvo la pega del vómito sangriento. Sensibilidad a la francesa. A pesar de lo de la Guerra de la Independencia, caballeros franceses ayudaron a los ejeanos en la Reconquista. “Sea de los Caballeros”. La Berné, una finca ejeano - gala.
En el tercer festejo de la Feria ejeana, 7 de septiembre, se lidiaron toros de Bañuelos, cinco dijes y un inválido, el segundo. Este le correspondió a Sebastián Castella, que, aunque tiene cara de jovenzano, es ya un torero con historia. No pudo hacer nada con ese toro y en el quinto inició su faena con unos templados y largos muletazos por bajo y siguió con ambas manos en ese buen aire y contundencia, por delante y por detrás, con los que el galo recriado en Sevilla ha recorrido los ruedos de España, Francia y América. Tan modoso él, tan sin estridencias ni malos gestos. Mató de una estocada de perfecta ejecución y algo perpendicular y el de Bañuelos, castaño, tocado arriba de pitones, tardó en doblar y el premio se redujo a una sola oreja. A David Fandila “El Fandi” ya lo conocen ustedes. Ha dado más de cien vueltas a la península Ibérica y siempre lo mismo. Apañado con el capote, espectacular, poderoso y, aunque un poco estebado, con piernas de hierro, recorre todo el ruedo en dos pares al cuarteo y remata con un par de banderillas “al violín”, no sé si con un arpón o dos y un par de palos que quedan sobre el morrillo del toro en el espacio de “una perra chica”, de esas que había cuando la peseta se dividía en céntimos. Y a la muleta. ¡Ay, madre mía! Voluntad, ganas de agradar, desplantes y la euforia congelada tras los entusiasmos primeros. Sendas orejas en sus dos “Bañuelos”, que no le sirvieron para salir a hombros porque en Aragón somos “más papistas que el Santo Padre”. Aquí las dos orejas hay que cortárselas a un solo toro. Y ponerles a todos los cornúpetos banderillas con los colores de la bandera de Aragón, que algunos, muchos, llaman señera o estelada. Ahí queda eso.
El que salió a hombros por la Puerta Grande fue el toledano Álvaro Lorenzo. Vino a Ejea otra vez porque no pudo hacerlo el anunciado Cayetano por su fractura de costillas, que es mal que necesita más de un mes de convalecencia. En la primera corrida, Álvaro  no salió a hombros porque el presidente del festejo no quiso. El gentío, media plaza en los tres festejos, se quedó con la copla y en esta corrida de los de Bañuelos consiguieron que el de Toledo coronase triunfador la cima de la más alta montaña de la provincia de Zaragoza, el Moncayo. A mi es que me dicen Toledo y me acuerdo de Bahamontes, que llegaba a lo más alto y se paraba a tomarse un helado y esperar a los otros ciclistas. Este Álvaro es torero de altas miras. Tiene la figura precisa, estatura media, ni alto ni bajo, armonía, buen gusto, inspiración y duende. Su primer toro de esta tarde se acobardó al final de la faena y buscó las tablas. Naturalmente, lo mató en la suerte contraria, lo que parece un contrasentido y no lo es porque, al vaciarlo con la muleta, el toro tiende a ir hacia los adentros y el estoqueador hacia las afueras. Antes se hablaba mucho de matar “al hilo de las tablas” y hasta “Don Ventura” escribió un libro de numerosas efemérides toreras con ese título. Estocada de rápido y efecto y las dos orejas necesarias para salir a hombros de la plaza. Y aún  cortó un trofeo más en el sexto después de un pinchazo y una estocada. Veremos a Álvaro Lorenzo de la Feria del Pilar en una corrida de Montalvo, de los muchos y famosos Pérez que en Salamanca han sido, Juan Mari, por ejemplo, y con la despedida no anunciada del francés Juan Bautista, que en Arles organiza un gran espectáculo taurino-pictórico-musical en la Feria del Arroz y con la orquesta de Chicuelo II ¿y la trompeta del mexicano Flores? Pasa una charanga por mi calle de Ejea a los sones de un corrido charro. Música, toros y caballos. Y una nueva estrella en el horizonte torero, Álvaro Lorenzo, paisano también de don Domingo López Ortega. Distintos duendes, distintos laureles coronan sus testas toreras.                          Tiempo, al tiempo …
N. B.:
Y a mal tiempo, buena cara. Se enfadaron los que se llaman “informadores taurinos” porque se divulgaron carteles de la próxima macro-feria de Zaragoza y anunciaron un boicot contra la empresa que ha tomado en sus manos tan alta responsabilidad, la de organizar doce festejos taurinos entre el 29 de septiembre y el 14 de octubre, ocho corridas de toros, una de rejones y tres novilladas, un año en el que estábamos amenazados de no contar con esta más que centenaria celebración. Plaza tenemos desde 1764. Y hace cien años, 1918, no hubo feria taurina en el coso de Pignatelli por culpa de la llamada “gripe española”. Hubo otros años con otros problemas, la guerra, el suicidio de uno de los empresarios, la falta de aspirantes a la mano de nuestra belleza arquitectónica, pero por cuestiones burocráticas no había ocurrido nunca. ¿De quién era la culpa? No es el momento de buscar culpables. El caso es que la empresa formada por Jesús Mena y Julio Fontecha y avalada por la antigüedad de Carlos Zúñiga ha cogido el toro por los cuernos y nos ofrece doce festejos básicos en algo más de quince días. Una gran apuesta económica y profesional. Festejos populares con la empresa de Jesús Arruga y una compleja organización para mantener en funcionamiento la gran maquinaria.           ¿Creen que es el momento adecuado para un boicot informativo? Pienso que todo lo contrario. Es el momento de unir fuerzas y voluntades para que las gentes vayan a la plaza aunque les estén esperando en El Portillo los antis. Queden el orgullo y las malas caras para otro momento. La Zaragoza de los toros se la juega de verdad. Piensen se alguien puramente profesional se la hubiera jugado tan fuerte.