BENJAMÍN BENTURA REMACHA
Ha muerto Diego Puerta, don Antonio Burgos. El jefe de cuadrilla de su admirado y también fallecido “Almensilla”. ¿No merece Diego un recuadro en ABC, al menos similar al del subalterno? Los tres mosqueteros: Diego Puerta, Paco Camino y Santiago Martín “El Viti”. También eran cuatro en mi opinión. Yo añadiría a Juan García “Mondeño”, que es el espejo mágico de José Tomás. Athos, agricultor, Porthos, casado con una viuda rica, Aramis y D`Artagnan. “Mondeño” , como Aramis, se hizo cura. Para Madrid, su plaza, también se prepara otro trío de cuatro. Lo que hace falta es saber quién es cada cual y si tenemos otro Alejandro Dumas que escriba la novela del arrendamiento de Las Ventas del Espíritu Santo. José Antonio Chopera es “rey de espadas” y se volverá a batir con Rochefort para vencerle por cuarta vez. Y es posible, con permiso del cardenal Richelieu, que también gane la plaza de Zaragoza en la encrucijada de su mala situación financiera. Hace unos treinta años, después de la gestión del amo de “Villa Heraclio”, hubo que buscar la tabla de salvación de la gestión interesada y de la amistad de Ángel Zalba con Palomo Linares para que los Lozano se hicieran con la plaza de Pignatelli y encontraran el apoyo del que había sido gobernador de Toledo y rectificara la decisión de no permitir los festejos populares por parte del señor Laína, presidente del Gobierno de España la noche del 23 de febrero. Las vaquillas han menguado el desastre. Pero es necesaria otra catarsis quizás más purificadora que la de los años 80 del siglo pasado. Los tres mosqueteros de Madrid, padre, hijo y el francés beatificado en los brazos de Sánchez Dragó, el de la lista telefónica de Gárgoris y Abidis, y el filósofo alicantino señor Esplá, con la ayuda del experto de salamanquino, hijo y hermano de calificados buscadores por los campos del toro. Todas las colaboraciones serán necesarias para que la ruina no anide entre piedras centenarias y el moderno mecano de teflón. En Madrid ya se conoce el pliego y en Zaragoza espero que no sea el parto de los montes como cuando unos cuantos se inventaron un Reglamento Taurino copiado del vasco y con la original y sesuda medida de que todas las banderillas que se ponen en las plazas de Aragón lleven los colores de la bandera de España, Aragón, Cataluña y Valencia. Más monotonía sobre la mortal monotonía de la encorsetada Fiesta. Oiga, y para salir a hombros en la capital del Ebro hay que cortar dos orejas en un toro. ¿Qué se creía usted?
Bueno, algo muy importante: el próximo día 21 de este mes de diciembre cumple 90 años Pepe Luis Vázquez Garcés. El Cossío dice que será el próximo 3 de enero del año que viene. Cada vez me fío menos de la Enciclopedia de los Toros. Pepe Luis me trae muchas cosas a mi memoria y creo que también a los aficionados que tuvieron el privilegio de admirarlo en los años 40 y 50 del otra vez evocado siglo XX. Pepe Luis no es descriptible. Y si usted tiene ese punto de sensibilidad necesaria para captar lo que es la gloria del arte de torear bastará que contemple algunos de los documentos gráficos que nos superviven. Da la casualidad de que esos tres dedos del lance de Morante de la Puebla se repiten en lances de Pepe Luis o en muletazos del ángel de San Bernardo. El cartucho de pescado de Jerez de la Frontera, firma de Arjona en el simpar documento, los lances a pies juntos y a compás abierto, el medio pecho, el remate del sello de rojo lacre a toda una obra de arte. Todos los días no se podía esculpir el Moisés de Miguel Angel . Tenía sus días tristes porque veía al toro a la primera y si no podía ser cogía el camino más corto y remataba la cuestión de media lagartijera. “Manolete” lo decía: “Si Pepe Luis lo hiciera todas las tardes ya nos podíamos ir a los albañiles los demás”. Cuando el tercer Califa volvía de su campaña americana, Pepe Luis hizo unas declaraciones en las que le retaba a torear juntos en Sevilla una corrida de Miura.” ¿Por qué no me invita a unas gambas con unas copas de jerez?”- le contestó Manuel Rodríguez. Los de Miura en danza. Pepe Luis era el único diestro que hacia los tentaderos en Zaheriche y casi todos los meses de abril, en la Feria sevillana, mataba la corrida de don Eduardo. Por esas extrañas circunstancias que tiene el destino, “Islero” era de Miura.
Y con Pepe Luis en mi pensamiento recordé a un banderillero gitano, natural de Tomares, provincia de Sevilla, lugar de nacimiento de los Bombita, que se llamaba Gabriel Moreno y que viene citado levemente y sin precisión ninguna en la Enciclopedia ya citada. A mi memoria venía una anécdota de este banderillero de tez oscura y hombros caídos que un día en Sevilla, a las órdenes de Pepe Luis, se fue al centro del ruedo y jugó sus brazos al unísono, metió el mentón en su pecho y ligó media docena de verónicas antológicas. Remató, se fue para la barrera y le dijo a su maestro, a Pepe Luis: “No me eches que me voy yo”. He buscado en libros y revistas y no he encontrado ninguna referencia. Solo Luis García Caviedes habla de este torero calé y de que un día le dijo a Curro Romero que no podía matar bien porque se rompía las muñecas al torear con el capote. Me atreví a consultarle a otro Manuel Rodríguez, este de San Bernardo y, en mi opinión, el más completo de los toreros de plata, si recordaba a Gabriel Moreno y lo ocurrido con Pepe Luis. Tito es el hombre más prudente del mundo. Me confirmó las excelencias de Gabriel Moreno y me dijo, además, que lo de los lances sucedió con un toro de Miura que los toreros consideraban burriciego. Y he logrado algún dato más, que el de Tomares hizo el paseíllo unas cuantas tardes en Madrid para acontecimientos importantes como las confirmaciones de alternativa de Pepín Martín Vázquez, otro que era celestial, “El Choni” y una doble celebrada el 10 de septiembre de 1944, con la particularidad de que en esta ocasión Paquito Casado confirmó a Carlos Vera “Cañitas” y Rafael Albaicín le entregó los trastos al también mexicano Arturo Álvarez, cosa que no creo que se haya dado muchas veces a lo largo de la Historia del Toreo. Gabriel Moreno también actuó en una novillada en junio de 1951, en la que dice Cossío que resultó herido y en la que participaron Juanito Posada, Jaime Bolaños y Juanito Bienvenida, que, al final del festejo, decidió retirarse del toreo. La novillada fue de Salvador Guardiola y la retirada de Juanito Bienvenida no fue tal, continuó en los ruedos y hasta llegó a tomar la alternativa. “El Papa Negro” decía que Juanito era el que mejor toreaba de sus hijos. Pepe Luis admiraba la gran naturalidad de Antonio. “Sin naturalidad no hay arte”. Si lo lee esto José Tomás se olvidara de dar chicuelinas y manoletinas con el compás abierto. Y mis mejores deseos, divino nonagenario. Solo he visto dos ángeles con el pelo blanco, el de “¡Qué bello es vivir!” que tenía que recuperar sus alas y el de San Bernardo que nos pone alas a todos los que soñamos con el Arte.
Estos días he repasado nombres de banderilleros que me dejaron un profundo recuerdo. Ahora solo quiero citar a uno: a Joaquín Delgado “Joaquinillo”, banderillero en la cuadrilla de Pepe Luis y mozo de espadas por necesidad de José Fuentes. ¡ Qué injusta es muchas veces la vida y su historia! Amén.
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Puerta, Camino y El Viti, el trío fundamental de la segunda edad de oro del toreo.
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